Encontrábame semi despierto y con los ojos mirando hacia adentro. El paisaje era inhóspito y sombrío. Había olor a oxido y la humedad corrompía las paredes. El gris era el color predominante y los rayos de luz no eran lo suficientemente poderosos como para alterar lo patético del panorama. Ante tal siniestro espectáculo preferí despertar.
Abrí lentamente los ojos y vi tu rostro sonriente y pupilas brillosas. Escuche levemente tu voz y te prometí, también levemente, que nunca mas intentaría suicidarme. Al menos no durante nuestras vacaciones.
Abrí lentamente los ojos y vi tu rostro sonriente y pupilas brillosas. Escuche levemente tu voz y te prometí, también levemente, que nunca mas intentaría suicidarme. Al menos no durante nuestras vacaciones.
F I R - 1/ 2010
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